La ciencia ha generado desarrollos en los ámbitos más inesperados, en la actualidad, el campo de la nanociencia vinculado con la biología molecular, implica una intervención del hombre de alta complejidad y si bien los resultados de las investigaciones suelen ser exitosos debido a que permiten mejorar la salud y condiciones de vida de los seres humanos, provocan el surgimiento de nuevos cuestionamientos que se presentan en los campos filosóficos y religiosos pues tocan a las concepciones de hombre, mundo y en especial a la intervención de Dios. El propósito de este trabajo ha sido analizar las posibilidades de los nanotubos como posible solución a enfermedades en las que por alteraciones de los componentes del cuerpo humano tales como moléculas, células y proteínas sea necesario intervenir a fin de volver el funcionamiento a su normalidad o explorar nuevas posibilidades. Esto que parece ser una incursión en los procesos del ser humano no permitida para un ser creado, sujeto a los designios de un creador, es sin embargo una oportunidad más para probar la perfección y el origen de la vida, sustentado en un planteo teológico en el que Dios creador diseña y ejecuta con la visión de una inteligencia suprema. Desde el enfoque de la epistemología de la complejidad es posible realizar un abordaje interdisciplinario del objeto que permita conocerlo en su profundidad y abrir nuevos caminos para todo lo que aún queda por descubrir